mercredi 21 février 2024

El falso "humor" en la radio de Colombia

Algunos todavía creen que, porque se les permite burlarse y hacer comentarios humorísticos que otros no se atreverían a expresar abiertamente en los medios de comunicación de propiedad de los conglomerados económicos, es una suerte de selección objetiva, pero no. No es así. Otros piensan que los dueños de los medios han descubierto que son buenos para ser payasos, histriónicos, bufones, haciéndoles creer que no hacen parte de una estrategia montada desde el poder económico para trivializar, banalizar y distraer de los problemas reales del país a los oyentes y televidentes. Y tampoco es así. El escándalo armado - con razón - por las acusaciones contra Gustavo Petro, presidente de Colombia en radio Tropicana es apenas la punta del iceberg. La forma misógina con que la “tía Inés” maltrató a una compañera de trabajo en radio Tropicana le ha costado además nada menos que su despido y cientos de comentarios en las redes a favor y contra. Lo cierto es que trabajadores de los medios en donde se deja espacio para eso que llaman “humor” o entretenimiento, insisto, son ingenuos al creer que pueden expresar opiniones “subversivas” sin enfrentar represalias directas después de haber servido así los intereses de los dueños de las emisoras. En algunos medios se antepone al programa de humor una advertencia de que todo lo dicho en él es responsabilidad de sus autores y directores. Eso esconde la verdad de que se trata de una estrategia de los dueños y los gobiernos de turno. De esa manera las emisoras aparentan ceder el espacio para ese falso “humor” como si fuera un alivio cómico en medio de lasnoticias reales. Creen que lo que entregan al oyente es una supuesta “válvula de escape para las tensiones sociales”. Los dueños de Tropicana, los españoles de Prisa Media y Caracol S.A. despidieron a la “tía Inés” aparentando y cubriendo de manera cínica lo que se mueve entre bastidores. Lo que pasa es que la echada de la “tía Inés” evita ante el público develar la siniestra estrategia de los dueños de esos medios de comunicación que lo que buscan con ese falso humor es banalizar las noticias. Trivializar las noticias y todo lo que eso implica. Sin duda ocurre eso mismo en Blu, Semana, El tiempo, RCN y Caracol Tropicana y otras. Con cinsimo e impudicia los programas radiales como El Corcho, Box Populi, la Luciernaga, La Tapa, El Pereque, Cómo amaneció Cali, Bogotá, etc, hacen y han hecho una caricatura de los problemas del país. Con eso se esconde la pobreza, la desigualdad social, la criminal presencia de los paramilitares, la corrupción administrativa y los grandes escándalos sobre desfalcos al erario. Si no es así, se han preguntado ¿por qué han despedido a lo largo de la historia de la radio a tantos periodistas, a tantos periodistas de verdad, cuando han tocado las fibras de los dueños del poder?. A esos periodistas que se atrevieron a romper esquemas, a pelear por la ética periodistica y la verdad, en cosa de minutos les han puesto en la calle sin ninguna consideración. Les aplican el artículo del código del trabajo que les obliga a pagar una indemnización al "echarlos sin justa causa". Se han preguntado acaso ¿por qué los trabajadores de la prensa no tienen derecho en la práctica a la asociación sindical y a la lucha por sus derechos y reivindicaciones? Si embargo esos programas de falso humor hacen creer que en esos medios de comunicación se respeta la libertad de opinión, la libertad de prensa y el disentimiento de sus trabajadores. Pero no es así. A esos seudoperiodistas cual bufones les suelen mimar, proteger, hasta el día en que ya no sirvan los intereses de los dueños de los medios y los intereses de los dueños del poder. Patada en el culo y para fuera. A veces cáen como víctimas mortales en supuestos accidentes de tránsito. Todo porque sabían demasiado. Despedir a alguien que ha sido cogido con las manos en la masa despotricando o “despetricando” del presidente es una forma de distraer a la opinión pública. Lo que si es de verdad cómico es lo siguiente: Casi al borde de las lágrimas quienes han quedado en el programa Cómo amaneció Cali – incluida la maltratada – se lamentaron de la salida de la nefasta “tía Inés” y ni una sola palabra de solidaridad ante el machismo exhibido en esa ocasión. Es la punta del iceberg, sin duda, de algo que es necesario revisar y evitar para que aquellos fenómenos racistas, clasistas, xenófobos, discriminadores y sexistas se sigan exhibiendo en esos programas de “humor” como si nada pasara.