jeudi 12 mars 2015

DROGAS. Doble moral de banqueros y gobiernos.

No hay que perseguir tanto a los consumidores y tan poquito o menos a los traficantes, ha dicho Obama a instancias de la declaración de la marihuana recreativa en dos estados de su país. Eso no es nuevo y Obama ha comparado inclusive la marihuana con el alcohol o una dosis de cocaína con algunos aguardientes y vodkas en el cuerpo humano. Se la fumó de joven. Obama dice a sus hijas que no es buena idea consumirla. En el fondo, se está cayendo la idea del siglo pasado en cuanto a que Estados Unidos y su pueblo están siendo víctimas de una guerra química y que la llamada guerra contra las drogas, además de ser fallida como lo he dicho en otras ocasiones, es una guerra que solo alimenta la corrupción en países en donde se supone los gringos han metido millones de millones de dólares para combatirlas y esconde a los verdaderos beneficiarios, los banqueros. Pasa por los medios de comunicación ahora mismo la noticia de la legalización de las drogas aquí y allá, sin detenerse a pensar en donde han quedado los miles de dólares y de euros del tráfico, donde si no, en el lavado de dinero y en los grandes bancos y corporaciones del sistema financiero internacional. Es como reflexionar en el interés de los banqueros por la utilidad que resultaba de la venta del caucho, el anís, el alcohol, el petróleo, y algunas veces por el producto de la venta de café y joyas preciosas como los diamantes africanos y las esmeraldas andinas. Dónde sino, en el lavado de dinero y en los bancos y el sistema financiero internacional. Hay opositores claros a la legalización de las drogas. Estos banqueros que, cínicos como son, advierten a la población que es mejor la lucha contra las drogas fuera de sus países (EE UU y Europa) que mirar como dice el presidente Obama mucho más al poder de los traficantes, que socaba las esferas más altas de las sociedades y la política de países productores como Colombia y Perú. Es allí justamente en sus bóvedas donde se consigna en promedio el 70 por ciento del producto del tráfico de drogas. (Sobra decir que también se guarda el producto de la venta libre de armas, el tráfico de armas y el tráfico de personas, entre otros). Es ese el dinero que financia las campañas de republicanos y demócratas en los Estados Unidos y cientos de partidos en países europeos. Banqueros que posan de filántropos apoyando políticos y creando fundaciones para evadir impuestos. Además, para hacer notar que los gritos por la legalización no son de ahora, me apoyo en el texto de los documentos Santa Fe (*), que como saben, están basados en “Las relaciones interamericanas: Escudo de la seguridad del nuevo mundo y espada de la proyección del poder global de Estados Unidos “. Nada menos. Se habla del poder global de los gringos en américa latina en especial, como escudo de la seguridad de la región. Por eso mismo quizás en Documentos Santa fe IV se lee entre líneas que son muchas las personas, entidades y organizaciones sociales, que no de ahora sino de hace treinta años, han luchado por la legalización de las drogas. Se ha llegado al punto de promover, repito no de ahora, sino de hace lustros, de promover el “Shoot Smart, Shoot Safe” que dicho en castellano significa, inyéctese bien, inyéctese con seguridad, entregando en las calles jeringas y folletos de cómo meterse el crack sin mayores riesgos como el sida, por ejemplo. Pero justamente ahora, en los diálogos del gobierno Santos con las guerrillas de las Farc, se insistirá en arreglar el problema que, con o sin lucha contra las drogas, los campos de Colombia están llenos de hoja de coca, de grandes y pequeños propietarios de tierra apta para la agricultura y la ganadería. Porque no hay una verdadera política agraria que permita a los negros, indígenas y campesinos, por lo menos a continuar con el cultivo de productos de pan coger. Digo por lo menos, porque ellos prefieren sembrar coca, rentable, fácil de mantener, fácil de transportar, con gran demanda en los mercados internacionales, barata, sin costos extras de fungicidas y matamalezas, antes que intentar arar la tierra para la papa, el maíz, el trigo o la cebada. Con la firma de los tratados de libre comercio se ha empobrecido a nuestros campesinos. Ellos son víctimas de los actores armados en protección de cultivos ilícitos. Ellos son despojados por paramlitares de sus tierras sin piedad. Los que quedan, siembran hoja de coca para subsistir. Afirma el documento que dado que el terrorismo vinculado al tráfico de drogas no ha sido reconocido como uno de los principales factores de muerte de los ciudadanos norteamericanos, en forma de cocaína y heroína, parte de la guerra química contra su país, es no contrarrestar su efecto demoledor en la sociedad de hoy. Agrega que desafortunadamente los gobernantes que han pasado por la casa blanca, especialmente Clinton, no han identificado a las organizaciones guerrilleras, que ellos llaman narcoterroristas “como una fuerza que impulsa la verdadera guerra química desatada contra los ciudadanos de los Estados Unidos”. Jhon Featherly, un exfuncionario de alto nivel de la DEA, sugiere que su país sabe quiénes son los narcotraficantes: “conocemos sus raíces, dónde viven, dónde cultivan y a quienes corrompen. Sin embargo hacemos poco por detenerlos. Si EE UU se tomara con seriedad la guerra contra las drogas, daría los fondos y medios necesarios para librar esa guerra en su fuente, usando métodos especiales que el gobierno tiene a su disposición”. En Santa fe IV sin precisar que el gran capital financiero es el más beneficiado de la prohibición de las drogas, como fueron los nacientes bancos y prestamistas en plena lucha contra el alcohol y los licores en 1920, advierte que en cualquier sociedad la corrupción por medio de las drogas y “en última instancia, el dinero de las drogas, puede sacar ventaja hasta del sistema capitalista y democrático más avanzado. Esta es una amenaza que Estados Unidos no puede permitirse ignorar”. En la medida que los gringos no puedan poner a la venta un producto igual o mejor a la cocaína en sus mercados y en los mercados del mundo, continuarán con la ceguera de plantear otra y otra vez, la fallida guerra contra las drogas. Legalizan la marihuana recreativa, dotan de jeringas a quienes se inyectan heroína, hablan de la marihuana como medicina para el dolor y no saben qué hacer para producirla ellos mismos. Solo así se acaba el drama que ellos mismos han provocado. Mientras tanto nuestros campesinos, indígenas y negros, esperan que salgan acuerdos que les permita vender sus productos a buen precio en caso de acabarse el negocio de las drogas. Sueñan con tener créditos blandos, asesoría técnica y sobre todo, derecho a la tierra y al trabajo en paz con justicia social. Los banqueros ya se inventarán otra lucha, quizás contra los vendedores del coltán (**), el litio, el uranio y otros más. Pasar del mercado del caucho y el petróleo por la marihuana y la cocaína, sin que se mueva un dólar o sin que se mueva un euro, no es posible. Que si es legal o es ilegal, parece el centro del problema. Lo demás debería ser un problema de salud en la tierra del tío Sam, no obstante el crecimiento del consumo en nuestros países. (*)Documento que se elabora por parte de especialistas que hablan al oído del presidente de turno en los Estados Unidos. Es el pentágono el que ordena y traza esas políticas en materia de relaciones interamericanas: Escudo de la seguridad del nuevo mundo y espada de la proyección del poder global de Estados Unidos L. Francis Bouchey , Roger W. Fontainte, David C. Jordan, Gordon Summer, Lewis Tambs, Ed. Introducción por Ronald F. Docsai. El continente americano se encuentra bajo ataque. América Latina, la compañera y aliada tradicional de Estados Unidos está siendo penetrada por…. (**) Coltán. es fundamental para el desarrollo de nuevas tecnologías: telefonía móvil, fabricación de ordenadores, videojuegos, armas inteligentes, medicina (implantes), industria aeroespacial, levitación magnética, etcétera http://elpais.com/diario/2007/09/26/futuro/1190757604_850215.htm

vendredi 6 mars 2015

NO DIGAS QUE LO SABEMOS... PORQUE VENDRáN POR NOSOTRAS.

Por Héctor Díaz Revelo Preguntaba siempre a su madre cómo era posible que su maestra la golpee y que golpee a sus compañeros de clase. De dónde se había aprendido a enseñar o corregir a las malas. En clase, se hablaba algo relacionado con la democracia y los derechos humanos. Cree que por alguna causa nadie le daba razón de tanta violencia en los barrios, en la escuela, en su casa y en las casas de sus amigas. Preguntaba siempre a su madre dónde era posible o más fácil y mejor, aprender sobre el respeto de los Derechos Humanos, quién o quiénes deberían hacerlos respetar. Quería saber si defender los derechos humanos era tan grave en un país acostumbrado a las mentiras en la radio la prensa y la televisión. Quería saber porqué le era tan difícil entender que los padres y madres de sus compañeras de clase las maltraten, golpeen y especialmente las humillen. Quería saber porqué mataban a tantos estudiantes de la universidad por el solo hecho de protestar en las calles o de ejercer liderazgo en sus barrios. Quería saber porqué tantos bachilleres sin universidad y sin trabajo y tantos adultos sin derecho a la salud gratuita y de calidad. Como era costumbre, cada mañana quería saber la respuesta de algo que le tallaba en la cabeza y que no la dejaba tranquila. Todo para no tener que repetir la historia sin saber nada de lo que allí pasaba. La constitución nacional dice una cosa y la realidad es otra. Eso de educación y salud gratis y de calidad para todos, no era sino un sueño. El problema, según escribió en su diario personal, era precisamente ese. Se enteraba como nunca antes lo hubiera imaginado de toda clase de irregularidades de tipo administrativo; del beneficio a unas familias de ricos con plata de todos; que unos agentes del DAS, organismo que depende directamente de la presidencia de la república, engañaban y mataban a muchachos de los barrios populares como si fueran moscas vestidos de guerrilleros; y, que cada día se descubrían más y más fosas comunes, con cuerpos de muchachas y muchachos pobres. Se enteraba también que los hijos del presidente se enriquecían por decisiones de su padre y de sus ministros; que el presidente había chantajeado a congresistas para hacerse reelegir; que habín cambiado un articulito de la constitución; que eran los paramilitares quienes lo habían puesto en el cargo más alto del país a punta de motosierras, lágrimas y sangre; y, que eso de los derechos humanos era un asunto que había que comentar en voz baja. En una página sin número, la pequeña había dibujado una casa grandota, con columnas grandotas, y muchas gradas y luces y flores, en donde contaban el dinero de agro ingreso seguro entre el presidente y su ministro de agricultura, para repartirlo entre sus amigos ricos que contribuyeron a la campaña electoral. Anota que en su historia, ellos -presidente Uribe y su ministro Arias - iban seleccionando cuidadosamente a sus amigos y los amigos de los paramilitares para que fueran recibiendo el dinero de todos, en cantidades grandotas, como grandotas eran sus haciendas y fincas. Al pié había escrito algo que no se leía muy bien, pero que haciendo esfuerzo, se podía entender entre líneas: Esto se lo preguntaré al desayuno a mi madre. Ella sabe todo... Preguntaba siempre porqué los soldaditos mataban a los indígenas como los matan en Nariño, a los Awá y a los Pastos; en el Cauca, a los paeces y guambianos;  o en la costa a los Kankuamos; y, se acordaba de la letra de la canción de Mercedes Sosa hay un niño en la calle, su increible aventura de pan y chocolate, poniendo una estrella en el sitio del hambre (estaba subrayada la canción al final de la pagina de cuadritos y corazones rojos elaborados mientras escribía día a día, noche a noche, segundo a segundo, porque la cabeza le daba y le daba vueltas en busca de respuestas). Porqué todos los Soldaditos eran hijos de familias pobres, porqué debían obedecer y hacer cosas que su mente no les permitía hacer. Soldaditos que, muchas veces ya hacían cosas malas a las que se habían acostumbrado solo por estar obligados a obedecer ordenes superiores.  Soldaditos, hijos de indígenas, negros y campesinos, únicos que castigan cuando se descubren delitos como los falsos positivos o mejor dicho las ejecuciones sumarias o extrajudiciales. Generales y coroneles no son siquiera mencionados. Eso es una injusticia, escribía. Claro eran y son soldaditos hijos de campesinos que en su mayoría eran  hermanos de sus compañeras de escuela que habían llegado a la ciudad de la mano de sus padres corriendo  del horror de la guerra, corriendo del horror de la muerte, corriendo de los ríos de sangre que habían dejado los paramilitares  amigos del presidente en los campos de su hermoso y saqueado país. Veo una estrella, un asterisco o algo así y una frase que decía "... no entiendo porqué tanto escándalo de que Juanes, ese guapísimo cantante de mi país cante en la isla de Cuba, si aquí el problema es de la muerte de la gente pobre al servicio del ejercito y la policía y la muerte de gente que protesta por la desigualdad y falta de respeto a los derechos humanos. Seguramente la visita de una amiga pudo haber interrumpido la narración que les traigo corregida y aumentada claro está,  descifrando lo que el viejo cuaderno con figuras extrañas en sus forros tenía escrito y dibujado. La visita de una amiga creo suponer, porque entre líneas, dice que estaba triste de saber que al hermanito de Lady Joana lo habían matado y que apareció en las noticias vestido de guerrillero cuando no habían pasado más de cuatro días del jueves que los del DAS o del ejercito oficial, se lo llevaron para trabajar en una empresa de la que nunca dijeron su nombre pero que ofrecía por lo menos un salario que era urgente y necesario para la familia. Ella parece regresar a sus páginas con un nudo en la garganta: De mañana no paso. Tengo que preguntarle a mi madre, porque tantas cosas juntas no me dejan dormir ». Eran las siete de la mañana y de nuevo las informaciones hablaban de las masacres de civiles y de la lucha de unas madres de los desaparecidos que fueron golpeadas por la policía para desalojarlas de la plaza central como las desalojaron de sus parcelas los paramilitares amigos del gobierno. La tele no paraba de dar nombres de desaparecidos. Era la primera vez que hablaban de desaparecidos por la presión y luchas de las madres en la plaza y que tres de ellas habían sido conducidas al hospital por la fatiga de la marcha que había durado, según escribió la pequeña en su diario, toda una vida, para referirse a las cuatro horas que habían soportado la lluvia de gases y bolillazos sin parar. La tele decía que unos 20 mil niños y niñas morían en Colombia de hambre y desnutrición y que la violencia contra la mujer aumentaba cada día. Decían que eran más de cuatro mil fosas comunes y no menos de 50 mil desaparecidos. Terminó a sorbos una tasa de café negro, sin leche y sin pan y le dijo por fin: Madre, me puedes explicar todo esto? Ya no puedo dormir de solo pensar que el hombre que me dicen que debería actuar como un padre de todos los colombianos, el presidente, los pueda (sic) mandar a matar. Que el derecho de pensar diferente en éste país y en nuestro pequeño pueblo es un gran delito y que siguen encontrando fosas con restos humanos de civiles inermes. Interrumpida por su madre, minutos antes de salir para la escuela escuchaba muy atenta: Hijita no puedes haber grabado en tu cabecita tantas cosas que pasan. Hasta podrían acusarte de ser guerrillera. No te preocupes. Jamás cosas como estas duran tanto tiempo. La gente se va a cansar, se va organizar, la gente va a pelear en las calles y vas a ver cómo la tranquilidad regresa a nuestros campos y barrios pobres. No le digas a nadie que has grabado en tu cabecita los motivos de tantas cosas malas y sobre todo no digas que yo sé qué es lo que ocurre y porqué ocurre lo que aqui ocurre. Seguro vendrán los del DAS o del ejército también por mi, diciendo que soy guerrillera. Su madre seguía diciendo: Es mejor decir que tenemos, hijita de mi corazón, que tenemos el mejor presidente de los últimos años y que merece ser reelegido. Hijita por favor no digas nada y vete a tus clases tranquilita. Ella, sorprendida con la respuesta suspira y dice por último: Madre, pero si eso lo saben y lo han escuchado en las casas de mis compañeras, igual como tu y yo, ellos también harán lo mismo, ellos tendrán que callarse como nosotras? Callarán como callas tu y como me pides que calle?. De pronto, con una palmadita en el hombro y una nueva explicación que retumbó en la cocina donde apuraba su tasita de cafe negro y sin pan, la pequeña escuchó sorprendida: Cálla te digo. Ellos seguramente callan lo mismo que nosotros, nosotros lo hacemos igual como lo hicieron nuestros mayores, nuestros mayores callaron igualito como sus padres y abuelos y así sucesivamente. Son casi sesenta años de lucha por la igualdad, la soberanía y la inclusión social. Son casi doscientos años en la lucha por la segunda independencia. Por eso hijita, debes prepararte mucho y estudiar, porque un pueblo educado y organizado no será explotado por siempre.    Ella besa a su encanecida madre y cree haber encontrado otra buena razón para estudiar, pero le horrorizaba el mal ejemplo de un gobierno con los ciudadanos, a los golpes y a punta de motosierra. Se aprende lo malo, se pega lo malo, pero sabía que debe prepararse y luchar por la libertad y la justicia social. (al final había dibujado en su diario un corazón y en el centro la palabra Colombia).

lundi 2 mars 2015

Bloqueado Nariño por obra de sus políticos.

La desgraciada suerte de Nariño, o mejor las últimas malas y desgraciadas administraciones dizque con tinte y olor diferente a godos y liberales, léase, Antonio Navarro Wolf, Eduardo Zuñiga Eraso, Parmenio Cuellar Bastidas y Raul Delgado Guerrero, no quisieron, no pudieron, y no les importó atacar con responsabilidad y seriedad los tres grandes problemas que tienen en el atraso al departamento, dice un estudio serio que está a punto de olla como dicen las señoras y las poco señoras. Por defender intereses políticos -intereses politiqueros han de ser- dice el informe, Nariño parece una región abandonada a su suerte y bloqueada por sus costados. Por el norte, primero, hay un Nariño bloqueado con la más vergonzosa trampa terrestre a la altura de Rosas departamento del Cauca. Ninguno de los cuatro, ni Navarro, ni Zuñiga, ni Cuellar, ni Delgado, por no afectar intereses de los ricos de Chachagui y de Pasto, hicieron nada por reclamar o exigir para su pueblo el arreglo de esa trocha de Rosas que los lleva hasta Popayán y de allí al centro del país. (Por favor no comparar con las carreteras del Ecuador o del Valle del Cauca, por favor no intentarlo porque les puede causar soponcio). Los Nariñenses al votar por estos, mataron las esperanzas de cientos de liberales y conservadores que acostumbrados como estaban a que en medio de la corrupción y el despilfarro, sus antiguos gobernadores por lo menos algo hicieran por la tierrita, ven que nada ha cambiado, porque hay muchos intereses en juego y eso de ser gobernantes de otras tendencias de la socialdemocracia barata léase, Alianza Verde, M-19, Polo Democrático u otros movimientos que se reclaman de izquierda, no es sino un discurso vacío para la época electoral. Por el oriente, segundo problema grande, los sureños, agrega el informe, no tienen como llegar a su vecino el floreciente y combativo departamento del Putumayo. La variante San Francisco Mocoa que daría entrada y salida a productos agrícolas y ganaderos entre dos departamentos o provincias, es un sueño que los pastusos no verán aunque corrigieran el error y volvieran a votar por candidatos a la gobernación de godos y liberales de antes, que como se precisa, aunque robaban y había chanchullos a granel, (Eladios, miriam paredes, albornoces, etc) algo hacían por esa bella y hospitalaria tierra de Aurelio Arturo y Milciades Chaves entre otros muchos. Por el sur, tercer problemon, Ipiales, y por el centro del departamento la ciudad de Pasto, y este es el tercer gran problema planteado por el informe, además de Tumaco, el departamento centenario de Nariño tiene tres aeropuertos, uno en cada ciudad, de los cuales no se hace uno que valga para competir con el resto del país o con el vecino democrático y revolucionario Ecuador. Tres aeropuertos en Pasto, Ipiales y Tumaco. Ahora el aeropuerto que sirve a Pasto está por intrigas políticas en un nuevo municipio llamado por los caciques electoreros, municipio de Chachagui. Las estadísticas muestran que ese terminal aéreo permanece cerrado por su altura y pluviosidad casi la tercera parte del año y con vuelos a precios exorbitantes sin control alguno en las tarifas de Avianca y Satena que se pelean el pobre mercado aéreo de la región. Los fronterizos Ipialitas no saldrán de su anquilosamiento y atraso si siguen creyendo en las promesas de convertir su aeropuerto San Luis (mitad de Aldana mitad Ipiales) en un verdadero aeropuerto internacional, como alternativa del aeropuerto Antonio Nariño de Chachagui o de Pasto, que para el caso da lo mismo. Nada nuevo para ellos, los Ipialitas, si en poco tiempo esta ciudad quedará como un simple lugar de paso, si toda suramérica llegará a Colombia por San Miguel Putumayo hacia Mocoa, Pitalito y el centro del país. Tumaco tiene un aeropuerto para helicopteros y avionetas. Los costeños de Nariño, porque hay pastusos costeños del pacífico, ya ni se acuerdan de las luchas adelantadas por sus antepasados por una refineria, por un aeropuerto y por una buena carretera, via que ahora mismo tiene un cuello de botella entre Túquerres y el Pedregal a 45 kilómetros de Pasto. Tres grandes problemas, problemones, como la trocha de Rosas Cauca, la variante San Francisco Mocoa y los aeropuertos mencionados, además del cuello de botella de la carretera al mar entre Tuquerres y el Pedregal que a nadie parece importar. Ni Navarro, ni Zuñiga, ni Cuellar y mucho menos Raul, por mucho que se esfuercen en decir que son diferentes a los godos y liberales han hecho nada por paliar estas tres de las cien talanqueras que agobian al pueblo de Nariño. Lejos han quedado las luchas sociales y los paros cívicos que en esa parte de Colombia dan cuenta de luchadores sociales asesinados y jóvenes universitarios eliminados por hacer uso del derecho a la protesta. Lejos y bien lejos ha quedado el cumplimiento de la palabra empeñada y más lejos aún, las marchas y las luchas de indígenas y campesinos por una vida con dignidad y justicia social. Los politiqueros de todo pelambre se aprestan a seguir cosechando la estupidez del voto, el desvergonzado ánimo de enriquecimiento personal, las coimas y las comisiones debajo de la mesa en cada contrato. Ya ni siquiera, como antaño, los politiqueros se preocupan por los cargos públicos, porque la experiencia demuestra que con los contratos para una carretera, para un relleno sanitario, para unos metros de acueducto, para una cancha de micro o un mercado multifuncional, se pueden enriquecer porque para eso se hicieron elegir. Igual ocurre si estos u otros sucios culebreros optan por la privatización de los servicios básicos de agua, luz, alcantarillado, educación y salud, dejados a manos llenas a sus amigos, a sus esposas , compañeras sentimentales y concubinas; así a estos politiqueros se los ve viviendo hoy en los barrios de la burguesía criolla, acomodados como siempre y de espaldas a su borreguil clientela electoral. Y no hay excepción que valga, todos son los mismos por lo menos en este departamento considerado como el más atrasado del país casi abandonado como su cuasi vecino Chocó. Seria bueno que vayan mostrando de dónde saldrá el dinero para sus campañas; quiénes serán sus nuevos socios; cuáles los intereses a defender; y de frente a su borreguil clientela electoral, mostrar sus declaraciones de renta al iniciar la administración de éstas verdaderas minas de hacer dinero, no a la usanza de antes, trabajando, sino pelechando mientras los incautos caen en sus redes como cada cuatro o tres años en cada jornada electoral.