lundi 2 mars 2015

Bloqueado Nariño por obra de sus políticos.

La desgraciada suerte de Nariño, o mejor las últimas malas y desgraciadas administraciones dizque con tinte y olor diferente a godos y liberales, léase, Antonio Navarro Wolf, Eduardo Zuñiga Eraso, Parmenio Cuellar Bastidas y Raul Delgado Guerrero, no quisieron, no pudieron, y no les importó atacar con responsabilidad y seriedad los tres grandes problemas que tienen en el atraso al departamento, dice un estudio serio que está a punto de olla como dicen las señoras y las poco señoras. Por defender intereses políticos -intereses politiqueros han de ser- dice el informe, Nariño parece una región abandonada a su suerte y bloqueada por sus costados. Por el norte, primero, hay un Nariño bloqueado con la más vergonzosa trampa terrestre a la altura de Rosas departamento del Cauca. Ninguno de los cuatro, ni Navarro, ni Zuñiga, ni Cuellar, ni Delgado, por no afectar intereses de los ricos de Chachagui y de Pasto, hicieron nada por reclamar o exigir para su pueblo el arreglo de esa trocha de Rosas que los lleva hasta Popayán y de allí al centro del país. (Por favor no comparar con las carreteras del Ecuador o del Valle del Cauca, por favor no intentarlo porque les puede causar soponcio). Los Nariñenses al votar por estos, mataron las esperanzas de cientos de liberales y conservadores que acostumbrados como estaban a que en medio de la corrupción y el despilfarro, sus antiguos gobernadores por lo menos algo hicieran por la tierrita, ven que nada ha cambiado, porque hay muchos intereses en juego y eso de ser gobernantes de otras tendencias de la socialdemocracia barata léase, Alianza Verde, M-19, Polo Democrático u otros movimientos que se reclaman de izquierda, no es sino un discurso vacío para la época electoral. Por el oriente, segundo problema grande, los sureños, agrega el informe, no tienen como llegar a su vecino el floreciente y combativo departamento del Putumayo. La variante San Francisco Mocoa que daría entrada y salida a productos agrícolas y ganaderos entre dos departamentos o provincias, es un sueño que los pastusos no verán aunque corrigieran el error y volvieran a votar por candidatos a la gobernación de godos y liberales de antes, que como se precisa, aunque robaban y había chanchullos a granel, (Eladios, miriam paredes, albornoces, etc) algo hacían por esa bella y hospitalaria tierra de Aurelio Arturo y Milciades Chaves entre otros muchos. Por el sur, tercer problemon, Ipiales, y por el centro del departamento la ciudad de Pasto, y este es el tercer gran problema planteado por el informe, además de Tumaco, el departamento centenario de Nariño tiene tres aeropuertos, uno en cada ciudad, de los cuales no se hace uno que valga para competir con el resto del país o con el vecino democrático y revolucionario Ecuador. Tres aeropuertos en Pasto, Ipiales y Tumaco. Ahora el aeropuerto que sirve a Pasto está por intrigas políticas en un nuevo municipio llamado por los caciques electoreros, municipio de Chachagui. Las estadísticas muestran que ese terminal aéreo permanece cerrado por su altura y pluviosidad casi la tercera parte del año y con vuelos a precios exorbitantes sin control alguno en las tarifas de Avianca y Satena que se pelean el pobre mercado aéreo de la región. Los fronterizos Ipialitas no saldrán de su anquilosamiento y atraso si siguen creyendo en las promesas de convertir su aeropuerto San Luis (mitad de Aldana mitad Ipiales) en un verdadero aeropuerto internacional, como alternativa del aeropuerto Antonio Nariño de Chachagui o de Pasto, que para el caso da lo mismo. Nada nuevo para ellos, los Ipialitas, si en poco tiempo esta ciudad quedará como un simple lugar de paso, si toda suramérica llegará a Colombia por San Miguel Putumayo hacia Mocoa, Pitalito y el centro del país. Tumaco tiene un aeropuerto para helicopteros y avionetas. Los costeños de Nariño, porque hay pastusos costeños del pacífico, ya ni se acuerdan de las luchas adelantadas por sus antepasados por una refineria, por un aeropuerto y por una buena carretera, via que ahora mismo tiene un cuello de botella entre Túquerres y el Pedregal a 45 kilómetros de Pasto. Tres grandes problemas, problemones, como la trocha de Rosas Cauca, la variante San Francisco Mocoa y los aeropuertos mencionados, además del cuello de botella de la carretera al mar entre Tuquerres y el Pedregal que a nadie parece importar. Ni Navarro, ni Zuñiga, ni Cuellar y mucho menos Raul, por mucho que se esfuercen en decir que son diferentes a los godos y liberales han hecho nada por paliar estas tres de las cien talanqueras que agobian al pueblo de Nariño. Lejos han quedado las luchas sociales y los paros cívicos que en esa parte de Colombia dan cuenta de luchadores sociales asesinados y jóvenes universitarios eliminados por hacer uso del derecho a la protesta. Lejos y bien lejos ha quedado el cumplimiento de la palabra empeñada y más lejos aún, las marchas y las luchas de indígenas y campesinos por una vida con dignidad y justicia social. Los politiqueros de todo pelambre se aprestan a seguir cosechando la estupidez del voto, el desvergonzado ánimo de enriquecimiento personal, las coimas y las comisiones debajo de la mesa en cada contrato. Ya ni siquiera, como antaño, los politiqueros se preocupan por los cargos públicos, porque la experiencia demuestra que con los contratos para una carretera, para un relleno sanitario, para unos metros de acueducto, para una cancha de micro o un mercado multifuncional, se pueden enriquecer porque para eso se hicieron elegir. Igual ocurre si estos u otros sucios culebreros optan por la privatización de los servicios básicos de agua, luz, alcantarillado, educación y salud, dejados a manos llenas a sus amigos, a sus esposas , compañeras sentimentales y concubinas; así a estos politiqueros se los ve viviendo hoy en los barrios de la burguesía criolla, acomodados como siempre y de espaldas a su borreguil clientela electoral. Y no hay excepción que valga, todos son los mismos por lo menos en este departamento considerado como el más atrasado del país casi abandonado como su cuasi vecino Chocó. Seria bueno que vayan mostrando de dónde saldrá el dinero para sus campañas; quiénes serán sus nuevos socios; cuáles los intereses a defender; y de frente a su borreguil clientela electoral, mostrar sus declaraciones de renta al iniciar la administración de éstas verdaderas minas de hacer dinero, no a la usanza de antes, trabajando, sino pelechando mientras los incautos caen en sus redes como cada cuatro o tres años en cada jornada electoral.

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