lundi 7 novembre 2022
El populismo. Una mirada a propuestas recientes.
El populismo, mis amigos, ha sido objeto central en el estudio de la política latinoamericana desde mediados del siglo XX. En los últimos años ha despertado un renovado interés a partir de liderazgos como el de Domingo Perón y Carlos Menem en Argentina, Fujimori en Perú, Collor de Melo en Brasil y Hugo Chávez en Venezuela.
El problema de los estudios sobre populismo y neopopulismo,
reside en el plano de la conceptualización, por lo que, identificar definiciones de POPULISMO es difuso, no sólo por su vacío doctrinario, sino porque de paso, entra en juego el significado de “pueblo" y su contra parte, la "oligarquía".
Son varias las preguntas sobre POPULISMO que saltan, de la academia a los medios de comunicación y que dejan de presente la variante que existe en el uso de la plaza pública y la calle.
Es, pasar de los atriles y alfombras de todos los colores que extiende la gran burguesía a algunos analistas, sobre todo en épocas electorales, pasar digo, al concepto con que la sociedad actual debería moverse.
Primero, saludamos a nuestros panelistas. Hemos invitado para este análisis sobre POPULISMO desde los andes del sur de Colombia a JESUS MARTINEZ BETANCUR.
Economista de la Univesidad Patricio Lumumba de Moscú. Especialista en Estudios Latinoamericanos. Diplomado en Ética y más de tres décadas como catedrático de planta de Economía de la Universidad de Nariño, de la cual ha sido Ex decano y expresidente del sindicato de profesores. Es Corresponsal de varias estaciones de radio.
Invitado también DAVID VILLAMAR CABEZAS desde el combativo Ecuador andino amazónico.
Economista por la Universidad Central del Ecuador y matemático por la Universidad de París VI. Ha realizado estudios de posgrado en Ecuador, Japón y Francia y ha sido profesor en distintas universidades de su país. Participa activamente en redes sociales en pro de la justicia social y la concientización política. Fue secretario ejecutivo del partido de la Revolución Ciudadana, e investigador en el Instituto de Pensamiento Político y Económico "Eloy Alfaro".
Con los anfitriones Federico y Andrés Herrera en Argentina iniciamos éste que podría ser el primer episodio sobre la discusión de un vocablo que de manera peyorativa lo utiliza tanto la derecha como la izquierda latinoamericana. El Populismo.
Antes permítanme Una anécdota actual. O quizás esto se trate del realismo mágico, el poder del poder.
El populismo entre el bien y el mal. El populismo del demonio de Chávez y de Maduro a quienes había de acorralar a como dé lugar por orden del policía del mundo, el gobierno de los Estado Unidos. Ahora mismo ese gobierno pide a Venezuela que le venda su petróleo. Ahora mismo los Estados Unidos acaban de negociar la libertad de 7 connacionales por dos venezolanos presos en ese país. Es la doble moral o es populismo ramplón.
No se trata del abordaje empírico o de la medición de niveles y/o grados de populismo, sino que hoy en dia el desafío sigue en el plano de la conceptualización, producto de la amalgama de situaciones históricas en que se ha presentado desde la Argentina de Juan Domingo Perón (populismo clásico) hasta el Perú de Juan Velasco Alvarado (populismo militar) y los populismos neoliberales de los 90' y años posteriores en otros países de la subregión.
Ni qué decir de los más manoseados gobiernos de países de la subregión como Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Algunos analistas reducen la discusión sobre el Populismo al decir que es una “etiqueta política, que designa fenómenos, partidos, movimientos, líderes democráticos y autoritarios de distintas épocas, lugares y afiliaciones ideológicas".
Otros como Knight desde 1998 considera pertinente definir el populismo en términos de un estilo político particular, mientras Weyland (2001) considera que la "estrategia política" delimita de mejor forma el término populismo, que el estilo político EN SI MISMO.
Otro registro del debate en torno al populismo tiene que ver con sus implicancias para la teoría democrática. Siguiendo a M. Oakeshott, Margaret Canovan entiende la democracia bajo dos caras; una cara redentora y otra pragmática.
Las condiciones de posibilidad para el populismo surgen de la ineludible tensión en la cara redentora y la cara pragmática de la democracia.
Arditi (2004) prefiere emplear la metáfora del populismo como "espectro" de la democracia, y no como una mera sombra, como sugiere Canovan.
Con ello se recoge la indecidibilidad entre el carácter democrático del populismo y sus aspectos más amenazantes. De todas formas, Arditi conserva la relación de interioridad entre populismo y democracia propuesta por Canovan, pero al tratarse de un espectro y no una sombra, el populismo puede presentarse en relación a la democracia de diversas formas (Arditi 2004).
Cas Mudde también elude la idea del populismo como una especie de patología, y plantea que el discurso populista ha devenido en algo corriente en las democracias contemporáneas (Mudde 2004: 551).
Con todo, existen algunas aproximaciones aceptadas y reproducidas por una parte importante de la literatura sobre el populismo. Una de ellas es la de Kenneth Roberts (1999), quien propone cinco rasgos nucleares del concepto que son tomados como punto de partida en numerosos estudios. Éstos son:
1. Un liderazgo político personalista y paternalista, no necesariamente carismático.
2. Una coalición de apoyo policlasista basada principalmente en los sectores subalternos.
3. Una movilización política sostenida en la relación directa entre el líder y las masas que se salta las formas institucionalizadas de intermediación.
4. Un discurso antielitista y/o antiestablishment basado en una ideología ecléctica.
5. La utilización de métodos redistributivos y clientelistas que convierte a los sectores populares en base de apoyo al régimen (1999: 380-381).
Este conjunto de atributos se ha convertido en una suerte de mínimo común conceptual. No obstante, la aproximación al populismo como corriente de trabajo o línea de análisis sobre la política latinoamericana (Munck 2007) se ha realizado desde los más diversos enfoques.
Entre ellos se cuenta la perspectiva histórico-sociológica, que pone el énfasis en las coaliciones multiclasistas de los procesos de industrialización; la perspectiva económica3, que reduce el populismo a políticas expansivas y redistributivas; el enfoque ideológico, que entiende el populismo como la construcción discursiva que estructura el antagonismo pueblo/ oligarquía y; la perspectiva política, que se aproxima al populismo a partir de los patrones de la movilización conducida por líderes personalistas (Roberts 1999).
Hecho ese panorama os invito al debate de esta noche. De nuevo gracias a la gente de Anku Te Ve de Argentina y a Crítica XXI.
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