mercredi 5 octobre 2022
Brasil y la unidad latinoamericana.
Julián Assange ha dicho recientemente que las guerras de los últimos 50 años han sido el resultado de las mentiras divulgadas por los grandes medios de comunicación en el mundo.
Dice, que se pudieron evitar esas guerras, si medianamente los medios y sus periodistas, se hubieran empeñado en decir la verdad.
Los medios de comunicación en el mundo y las agencias internacionales dicen que Ignacio Lulla ha perdido en primera vuelta, porque las encuestas le daban una ventaja arrolladora y su resultado fue menor.
Pero las cifras son claras. Un 48 por ciento de los votos contra el 43 por ciento, son 5 puntos por encima de Bolsonaro, lo que muestra que en la jornada electoral del domingo ha ganado Ignacio Lulla, o lo que es lo mismo, ha ganado el partido de los trabajadores.
Los brasileños y america latina entera todavía no se reponen de lo que significó el GOLPE DE ESTADO contra Dilma Rousseff, incruento, de nueva generación y con graves consecuencias para el proceso de restauración democrática del país.
Sin embargo, los medios de comunicación en el mundo advierten que Michel Temer, presidente hasta el 2018, es uno de los impulsores del golpe de Estado a Dilma Rousseff.
Temer, tras la jornada electoral ha dicho: "no había y no hay clima para otro golpe en caso de ganar Lulla Da Silva" y con cinismo ha dicho al mundo que "la democracia está solidificada en su país".
También ha resultado electo senador por el Estado del Paraná, Sergio Moro, el exjuez perseguidor y encarcelador de Ignacio Lulla; lo mismo que la esposa de este exjuez como diputada de Sao Pablo; y también electo el exfiscal de la causa Delton Dalagnol.
Esto aumenta sin duda la incertidumbre de lo que haría Lulla, repito, con el parlamento, la cámara de diputados y el senado en contra.
“Aunque Lula gane finalmente la disputa el 30 de octubre en segunda vuelta, y acceda a su tercer mandato presidencial, su relación con el Parlamento será tormentosa”, más o menos, lo que ha tenido que enfrentar el presidente Boric en Chile.
O lo que tuvo que hacer Gustavo Petro en Colombia para tener mayoría legislativa en ambas cámaras. Unas alianzas, con sectores liberales y neoliberales, que se espera no vayan a ser lo que muchos pensamos, unas alianzas como un caballo de troya del establecimiento Criminal y narcoparamilitar en el nuevo gobierno.
Falta saber qué pasará con el exgobernador Ciro Gomez en Brasil. Obtuvo 13 millones de votos y salió de cuarto en la contienda. La tercera con el 4 por ciento fue Simone Esteves del partido MDB.
En Brasil, el Partido de los Trabajadores (PT) y sus socios de izquierda suman unos 125 diputados de un total de 513.
Ni siquiera se aproximan a los 171 legisladores, tercera parte de la Cámara baja, imprescindible para bloquear cualquier petición de juicio político o de un proceso de destitución del presidente ganador. A eso le llaman impeachment contra el presidente.
Como una anécdota digamos que, al saber el resultado de las elecciones en Colombia, Mario Vargas Llosa quien se siente autorizado para opinar de lo humano y lo divino desde la derecha recalcitrante, ha dicho que el triunfo de Petro ojalá que: “sea un accidente enmendable y corregible”, sin precisar la forma en que eso ocurriría.
Sin mencionar la manera en que desde la derecha colombiana se entraría a “enmendar o corregir” el sentir de esa mayoría que llevó al social demócrata Gustavo Petro a la presidencia de Colombia. Otro golpe de Estado, me pregunto.
Volviendo a Brasil, los medios de comunicación de las elites y mis colegas, no preguntan qué pasará a futuro si no ganase Lulla da Silva con las familias de brasileños dedicadas al trabajo y exportación de acero, jugo de naranja, aviones de pasajeros, calzado y textiles.
Qué pasará con los excluidos. Eso no preguntan.
Los periodistas hacen el coro a sus patrones. Un ejemplo es la RED GLOBO que ustedes bien conocen.
Casi como una nota sacada de la farándula criolla en estos medios, se habla a gran espacio de las extrañas alianzas de Lulla con una peluquera o estilista del partido de derecha de Jair Bolsonaro.
Se habla de alianzas, extrañas alianzas de Lulla, con sectores tradicionalmente bolsonaristas o con fuerzas conocidas por su orientación y defensa del neoliberalismo.
Es quizás, lo mismo que ha ocurrido en otros países, donde han triunfado gobierno llamados progresistas. Una peligrosa muestra de la Debilidad ideológica de la izquierda.
Debilidad que parece ignorar, entre otras cosas, la eficacia comunicativa o mediática de la derecha en nuestra america latina o en la patria grande.
Parece que, en principio, ese es el punto, para entrar en el debate de hoy.
Poder mediático que en la práctica podría alejar a las mayorías de una verdadera respuesta a las demandas sociales en Brasil, aún si llegase a ganar Lula da Silva.
Se trata, nada menos, que de recibir apoyo de sectores bolsonaristas, listos para empedrar un camino para una posible fascistización o para un posible golpe de Estado de última generación.
Es decir, un golpe de Estado incruento, entre comillas, no militar que pondría en el gobierno personajes por fuera de los trajes camuflados o de la guerra interna.
Todo lo que Estados Unidos quiere es que Brasil cambie radicalmente de política, de métodos de inserción internacional, que cambie su modelo económico, de discurso político y las alianzas en la región y en el mundo. El BRICS, por ejemplo.
Lo dije hace algunos años, que el nombre del juego es el petróleo. Mañana será la lucha por el agua. Quizás el cambio climático.
Venezuela sin petróleo, no sería ahora mismo, motivo de discusión en el mundo ni sería objeto de la rapiña de la derecha estadounidense y de los poderes fácticos.
Lo mismo ocurre con Brasil. La exploración de Petrobras permitió descubrir enormes yacimientos de petróleo en aguas profundas, el sustento energético y el futuro del financiamiento de nuestro vecino en la patria grande.
La reforma política quedó en el cajón del olvido, con su lamentable consecuencia, como digo, con el golpe de Estado.
“Lo cierto es que el PARTIDO DE LOS TRABAJADORES teniendo el gobierno en sus manos, no tomó ninguna medida para reducir la influencia de los grandes grupos de medios privados –encabezados por la cadena de televisión Red Globo– que tienen prácticamente el monopolio de la audiencia”.
Pero, ¿Qué significa que Bolsonaro haya mejorado la votación en la jornada del domingo?
Aumentó su votación sabiendo, o aprovechando que se trata de un Brasil tradicionalista, conservador, con la facilidad demostrada para captar a electores del sector más deprimido, de las fuerzas armadas, de las iglesias, de los evangélicos y los empresarios de la agroindustria.
Pese a que desde la derecha se ha criticado la política de subsidio que aplicó en su gobierno Ignacio Lulla, denominado “Bolsa Familia” pese a ello, Bolsonaro en su gobierno pasó el subsidio de 200 reales a unos 600 justamente antes de las elecciones, lo que significa en mi opinión, el estilo de otros países latinoamericanos, la más velada forma de comprar votos, APROVECHANDOSE DE LA NECESIDAD DE LA GENTE EXCLUIDA Y EMPOBRECIDA.
“El resultado, con tan mínima diferencia entre los dos candidatos, plasma de una forma categórica la polarización que vive Brasil y abre un período de incertidumbre en el principal socio de Argentina y la principal economía de América Latina”. Mexico, Chile y Venezuela siguen de cerca los acontecimientos del proceso electoral brasileño.
Los Estados Unidos abiertamente puestos del lado de Bolsonaro, piensan en defender a toda costa el ACUERDO DE LIBRE COMERCIO firmado en mayo de 2015.
Es indudable que Brasil es incuestionablemente un poder regional.
En particular en Sudamérica es cada vez más influyente, y Estados Unidos está menos y menos activo e involucrado a nivel político en la región".
Por eso la propaganda negra de los medios en cada acercamiento o inversión de los gigantes económicos y aliados políticos de Brasil como son la Federación Rusa y la República Popular China.
En mi opinión, la unidad latinoamericana con la presencia de bases militares de los Estados Unidos; la unidad que se afecta por la entrada de Colombia como socio global de la OTAN; la miopía con que el gobierno de los EEUU ve a los gobiernos de la subregión como Cuba, Nicaragua y Venezuela; pasa por la suerte que corra el pueblo brasileño en la segunda vuelta electoral.
Bolivia y su futuro plurinacional, El Chile de Boric, los intentos por desestabilizar un país como Argentina y la lucha de los pueblos de caribe por la autodetermianción y la soberanía nacional, pasan por lo que ocurra con Brasil en la segunda vuelta.
En lo político es una esperanza para los pueblos de la patria grande que no ven, como quiere EEUU, a Rusia y a China como enemigos, sino como aliados para lograr crecimiento económico y afianzamiento de la unidad latinoamericana.
El derrumbamiento de la existencia de nuevos gobiernos progresistas podría poco a poco dar al traste con la siniestra estrategia de los Estado Unidos de recolonizar nuestra america india.
Se trata y sugiero a ustedes, revisar en detalle los viejos documentos Santa Fe uno al cuatro, que no por viejos sean unos documentos desactualizados en donde China, Rusia y la injerencia extranjera, es uno de los temas de la agenda internacional de EEUU hacia 2030.
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