samedi 8 octobre 2022

Colombia: Periodistas caídos a manos de agentes del Estado

Periodistas caídos a manos de agentes del Estado. Es un escarmiento criminal y oprobioso. Lápices que por escribir fueron masacrados. Desde el principio de la arremetida paramilitar a finales de la década del 80, la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) estima que al menos 21 periodistas muertos a manos de agentes del Estado y apenas siete casos de periodistas asesinados por grupos paramilitares, han sido confesados en el proceso de Justicia y Paz. Así, Colombia tiene una de las peores calificaciones de América según la Ong Reporteros Sin Frontera que vigila la libertad de prensa en el mundo. Amigos. Si me permiten…. Quisiera introducir al tema sobre la eliminación física de periodistas en Colombia teniendo como base tres aspectos. Uno. Si es cierto como creo que es cierto que el paramilitarismo o el uso de mercenarios contra la población civil es un ESTRATEGIA DE ESTADO, son ellos los primeros responsables de matar periodistas. No excluyen a los periodistas y a los lideres sociales. Son blancos perfectos para sembrar el terror y evitar que se desenmascare el macabro plan del enemigo interno, de asesinar periodistas o civiles desarmados Dos. A quien conviene la sistemática práctica de matar comunicadores. Todo apunta a las elites criollas y de la defensa a ultranza de los intereses de los EE UU en medio del conflicto social y armado que soporta Colombia hace 70 años. Tres. Quien o quienes están dispuestos a apretar el gatillo. Quienes están en Colombia en oferta para matar a sueldo, lo que se conoce con el nombre de sicarios. Quienes son los sicarios y quien financia la estrategia. Podría mencionar otros puntos, como la autocensura, el enriquecimiento ilícito por debajo de la mesa de los dueños de los medios de comunicación o la simple y desgraciada falta de solidaridad de los colegas periodistas y de la ciudadanía alienada atemorizada e indiferente. Pero podemos entrar en el análisis o discusión más allá de las frías cifras de las estadísticas y los titulares de prensa. Nuestros colegas enfrentados a extorsiones, amenazas, intimidaciones, desplazamientos, hasta chantajes y despidos inconsultos de sus trabajos. SILENCIO. ¿Me pregunto quién o quiénes amenazan y han amenazado el derecho soberano de elección que sostiene el actual sistema político económico y social y cultural? Hablo de periodistas que han cuestionado con valor el capitalismo salvaje, el neoliberalismo o el proceso del gobierno de Colombia de continuar como una colonia del gobierno de los EE UU. Se trata dela denuncia del terrorismo de Estado y de la condena a la elaboración de medidas políticas apropiadas, dispuestas para que todo siga igual y nadie reaccione frente al oprobioso asesinato de un periodista o de un líder social. Se trata de la financiación de grupos de mercenarios de paramilitares o de parapoliciales en connivencia con las fuerzas oficiales del ejército y de la policía. La intervención es ilegal cuando se sirve de métodos de coacción en relación con asuntos que son de interés comunitario que los periodistas hacen suyos, que los periodistas creen cumplir con el sagrado deber de informar con la mayor objetividad del caso. Los periodistas, está claro que, no pueden ser imparciales frente a la injusticia, imparciales frente a la violación de los derechos humanos, frente a la sistemática práctica de eliminación de civiles desarmados no obstante y a pesar de siete negociaciones fallidas de acuerdos de paz. Un tribunal internacional definió entre comillas el significado de “ayuda Humanitaria” a nuestros países latinoamericanos decretando que, por ejemplo, la ayuda del gobierno de los estados unidos a Colombia tenía que ver solamente con la falsa lucha contra las drogas y que era solamente eso, ayuda humanitaria, para acabar con el flagelo de las drogas y su mercado internacional. Periodistas que se han atrevido a criticar que, de lo que se trata es, de injerencia extranjera en la lucha contrainsurgente y la defensa a ultranza de sus intereses económicos y geoestratégicos del país del norte. Así pasó por ejemplo, en Nicaragua, con la financiación ilegal de la contra nicaragüense, igual que en Colombia, la financiación a los grupos paramilitares, considerada por esos tribunales como financiaciones ilegales. Periodista que se atreva a cuestionar este asunto es, como he dicho, el blanco perfecto, dado que el clima que se vive es propicio o ha sido propicio para que tales delitos de lesa humanidad se cometan en la más despreciable impunidad. La decisión tuvo pocos efectos detectables, el tribunal internacional igual que las naciones unidas, ONU fue sin embargo condenado, quien lo creyera nada menos por los directores y editorialistas del poderos e influyente New York Times, SEÑALANDO QUE SE TRATABA DE UN FORO HOSTIL Y POR TANTO IRRELEVANTE. Las agencias internacionales por obvias razones… se hicieron eco del editorial y en lugar de dar cabida al texto de la declaratoria de ilegalidad de la ayuda de EEUU a estos grupos de mercenarios y de la injerencia en la soberanía de estos países, replicaron la portada del periódico de marras. Desde la derecha internacional se ha rechazado la decisión de los magistrados y desestimaron el veredicto sobre la base de que EEUU necesitaba nada menos que libertad para defender la libertad. Como lo oyen, libertad para defender la libertad, no importa que no sea su propio país, porque se creen los dueños del mundo. Como ocurrió en Nicaragua ocurre en Colombia y otros países de Centroamérica. Llegaron a acusar al tribunal de tener nexos con la unión soviética de ayer, según lo publicado por el Washington post. Periodistas que denunciaron que mientras en Nicaragua el congreso estadounidense aprobó una ayuda adicional de 100 millones de dólares, para proseguir con lo que el tribunal había condenado como ilegal, en Colombia en las últimas dos décadas el promedio anual de ayuda es de 500 millones de dólares, como digo, con la disculpa de continuar la fallida guerra contra las drogas. Washington sigue socavando los medios utópicos o teóricos legales para alcanzar a través de la violencia sus siniestros objetivos. Ese tribunal había ordenado a EEUU pagar indemnizaciones y Nicaragua acudió a instancias internacionales para estimar los costos de tal atropello a la soberanía, a los derechos humanos y la libertad de prensa. .x.x.x Al asesinato de periodistas en la impunidad como forma ejemplarizante se ha producido un fenómeno de autocensura, que lesiona el derecho de la gente a ser bien y oportunamente informada. Así lo dice la constitución nacional colombiana. Pero los periodistas, la mayoría hoy, acuden a la autocensura a fin de salvar su vida. El art 20 de la CN. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión y de opinión y la libertad de recibir información sin que pueda haber injerencia de autoridades lo que quiere decir que es el Estado quien deberá cumplir tal disposición. Pero la teoría pudo más que la practica. O lo que es lo mismo el art 19 dela declaración universal de los derechos humanos. .x.x.x.x Córdoba: dos casos Oswaldo Perez 1988 y William Bendeck 1989 (Paramilitares). Antioquia: diez casos Marian Ruiz 1987. Nelson Anaya 1983. Alberto Lebrun 1986. Héctor Abad Gómez 1987.Nelson Gavini 1987.Jorge Leon Vallejo 1989.Juan Gabriel Caro 1989. Roberto Sarasty 1989. Marta

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