mardi 15 novembre 2016

El OPROBIOSO SISTEMA FINANCIERO

El oprobioso sistema financiero. Por Héctor Díaz Revelo El principal problema de los conflictos políticos y la desigualdad de condiciones en los países subdesarrollados de América Latina se debe a la acumulación de contradicciones y al mal manejo de directrices capitalistas de estas regiones, razón por la cual se ha causado una brecha abismal de clases sociales, siendo los pobres el sector más afectado. Cuando las contradicciones se agudizan se entra en crisis. La crisis del sistema capitalista debe ser vista como una explicación teórica practica en el sentido de saber si es o no el camino adecuado para paliar la crisis global. La decisión es definitivamente política y no económica. Está demostrado que a quienes han impuesto este modelo capitalista en nuestros países, solo les asiste la sobreacumulación de ganancias basada primordialmente en la sobreexplotación del trabajo precario (mano de obra barata), la concentración de la riqueza en pocas manos, y la eliminación sistemática de cualquier organización social que se atreva a cuestionarlo. El capitalismo está en crisis porque no ha sido, ni es, ni parece que será, la respuesta a los múltiples problemas del mundo, como el hambre; la desnutrición; el daño ambiental; la falta de educación y de salud gratuita; y de calidad, por mencionar algunos ejemplos del problema. Al contraer una deuda con países enriquecidos y regidos por el movimiento imperialista que impone normatividades como el hecho de cumplir con inversiones en infraestructura, con el pago de elevados intereses, con privatizaciones de servicios básicos, con garantías financieras y de apropiación, generando de paso mecanismos ideológicos de represión (como la imposición de sus formas de vestir de actuar y hasta sus formas de pensar coartando además nuestros ideales y acallando nuestra voz de protesta), se ve mermada la capacidad de movilidad o la capacidad de reacción de las comunidades. Como este no es un problema coyuntural (espontaneo) y es estructural, es decir de naturaleza propia del capitalismo para someter países y pueblos en defensa de sus propios intereses no es de extrañar que se haya vendido entre los ciudadanos esta voz de inconciencia y de alienación, de inseguridad y desesperanza. La falta de vivienda, que en América latina supera el 70% es por ejemplo un problema estructural propio del capitalismo. Lo es también la falta de agua potable, como un hecho oprobioso y ofensivo a la mayoría de la población, que incluye a futuro no muy lejano, la privatización de este servicio y de otros servicios públicos domiciliarios Esa sensación de falta de seguridad hace que el mercado de las armas y de los seguros de vida o de bienes materiales se oferte o se ofrezca a gobernantes de países pobres o empobrecidos con aparentes ventajas para la población, que además de ser un negocio fructífero hace parte de una imposición de mecanismos ideológicos capitalistas. De ahí las invasiones de países, guerras preventivas, las agresiones militaristas y la creación de grupos paraestatales o paramilitares. Además las estadísticas en los países enriquecidos demuestran que inmediatamente y como consecuencia de lo anterior, es decir de ese supuesto estado de inseguridad, se activa otro mercado que se impone a través de la propaganda y de los medios de comunicación. Me refiero a la llamada industria farmacéutica que supera el 80% del consumo general de antidepresivos, ansiolíticos, tranquilizantes y psicotrópicos tanto en países enriquecidos y un poco menos en países empobrecidos. La dependencia de los combustibles fósiles, entendidos estos como petróleo (en gran magnitud), el carbono, el gas natural y el gas licuado para las industrias de energía y construcción de máquinas es otra forma de dominación del capitalismo internacional. No sobra decir que la dependencia de la industria petrolera no es de ahora, y que en el año 1800 dio con el nacimiento de la vaselina y de los neumáticos para vehículos por ejemplo. El poder del capitalismo se ha regado por todo el mundo desde que los países enriquecidos concentran la producción y distribución de bienes y servicios. Es de recordar la ley seca que se impuso en Estados Unidos en la década de los años veinte para contrarrestar el cuantioso contrabando de licores provenientes especialmente de Inglaterra y de Escocia. Se prohibió el consumo de alcohol hasta tanto el gobierno producía sus propios licores y regulaba los de otros países. Así nace hoy otro elemento que maneja el capitalismo en el mundo, el prohibicionismo. Me refiero a la prohibición del consumo de drogas psicotrópicas. Así vemos que es justamente el prohibicionismo el que enriquece a estos países mientras inventan algo que pueda contrarrestar el efecto del consumo de drogas como la heroína la cocaína y otras consideradas drogas duras entre sus ciudadanos. (En EE UU más del 50 millones de sus habitantes son consumidores activos). Este es nada menos que el mercado de las drogas que alimenta el sistema financiero del mundo y que codena a la miseria a los países productores como (Colombia Perú y Bolivia, entre otros) y que “justifica” cualquier agresión o invasión, (Afganistán). No quisiera caer en la enumeración de citas y teorías sobre el capitalismo como lo dicho por Friedman, o Smith y otros, porque estos países enfrentan casi que sin brazos y sin piernas muchas veces sin cerebro un gran monstruo que es capaz de acaparar, acumular y concentrar la riqueza en pocas manos, sin importar que se afecte a los seres humanos, al medio ambiente o a la vida del planeta. Por ultimo vale citar el poder que el capitalismo maneja a través de los medios de comunicación. Ya que son ellos los que alienan y generan desequilibrio en la población y en sus organizaciones sociales. Es la radio, la televisión y la prensa, aprovechada para la defensa y protección de sus intereses, alienando, desinformando, mintiendo y promocionando formas de vida y comportamientos ajenos a nuestros pueblos. Y qué decir de las redes sociales que enajenan y banalizan los hechos en el mundo. Mal aprovechadas las redes son presa del control estatal. Los pueblos del mundo como por ejemplo Suráfrica Irlanda la China Cuba y la ex Unión Soviética han intentado contrarrestar a veces sin éxito los efectos del capitalismo, lo cual obliga a pensar que solamente los pueblos organizados, sus organizaciones sociales fuertes, y su esperanza de vida con dignidad, es decir con justicia social, es la única alternativa En esencia se ha mencionado aquí el gran poder del sistema financiero del mundo, es decir de los bancos, corporaciones y transnacionales, que se alimentan como hemos señalado de manera rápida de los grandes mercados del petróleo gas natural, carbón las armas la industria farmacéutica y los alcaloides. Ese es el capitalismo que hay que contrarrestar.

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