mardi 15 novembre 2016

Un Periodista temerario

Díaz Revelo un periodista temerario Por su incisivo y punzante modo de hacer periodismo al lado de los excluidos tanto en radio y prensa escrita, y como corresponsal de televisión cuando mostró el allanamiento a las propiedades del intocable Hernando Suarez Burgos, dueño de Diario del Sur y la Cigarra, se ha salvado de varios atentados. A Suarez Burgos se le acusaba de enriquecimiento ilícito o de ser parte de las mafias de comienzos de los ochenta. Díaz Revelo ha denunciado la presencia de escuadrones de la muerte en ciudades como Tumaco, Ipiales y Pasto y ha tenido que dejar el país hace más de una década para proteger su familia. Siendo aún estudiante de bachillerato fue en radio Ipiales que dirigía el nunca olvidado Eliseo Concha Sarasty donde hizo sus pininos para luego iniciar con programa propio los sábados en Radio Las Lajas cuando estaba bajo la tutela de las monjas y la diócesis. Por propia iniciativa regresa a Bogotá en donde había estudiado en el Externado Nacional Camilo Torres uno de los mejores colegios públicos del país. Tenía que atravesarse la vieja Bogotá hasta la estación de la Sabana escuchando noticias en un pequeño transistor de bolsillo. Por su voz comienza leyendo noticias en el informativo de Reinaldo Ramírez junto a Faustino García en radio Punto cinco de un tinte supremamente contestatario y aguerrido que competía en audiencia con el de Américo Rivera el conocido “Alerta Bogotá”. En los años ochenta después de vacaciones en Ipiales viaja a Pasto para tomar vuelo a Bogotá, con la sorpresa de saludarse con su viejo profesor de cooperativismo y ahorro del colegio Champagnat de los Maristas, Edgar Arteaga Dávila vinculado entonces en la radio local. Ha sido él quien le ha comentado que había una vacante en el Diario El Derecho que dirigía entonces el también fallecido León Pio Acosta. Allí comienza. “No me asustan los izquierdosos, son solo pluma y pelusa” había dicho el veterano director para hacer que Díaz Revelo se quede entre nosotros casi por dos décadas tanto en Pasto, como en Tumaco y en Ipiales dando guerra como él mismo dice, buscando la verdad, peleando con los ´cacos´ del erario y siendo odiado por sus colegas hasta convertirse en defensor de los derechos humanos y de los descamisados. El temerario periodista ha dejado sus huellas en casi todas las estaciones de radio de esas ciudades nariñenses. Alguna vez escribió en El Poder, periódico de Claudio Obando Burbano y fue reportero de Diario del sur y de un programa radial de esa misma empresa en la vieja Ondas del Mayo en donde había comenzado de la mano de Ramiro Egas Villota. Escándalos, verdaderos escándalos pasaron por su pluma y su agudeza periodística en radio, como el decomiso de 334 canecas de acetona milagrosamente convertidas en sorbitol en la fallida gobernación de Alberto Canicio del Niño Jesús Díaz del Castillo Zarama y su secretario de gobierno Nelson Napoleón Guerrero. Un cheque oficial con el cual se había pagado cuentas personales apareció en el restaurante El Portón 20 presa de las noticias que Díaz Revelo escudriñaba hasta los tuétanos, u otra noticia relacionada con la negligencia médica comprobada en la que falleció una mujer que se había lanzado del cuarto piso del hospital departamental hoy hospital universitario. Atacaba con fiereza la proliferación de colegios y universidades llamadas de garaje. Los pensionados para él siempre fueron su prioridad al punto que un gran trabajo suyo sirve de motivo para obtener el primer puesto del concurso departamental de periodismo. Ese concurso lo ha ganado en dos ocasiones: en Pasto, en donde ha presentado su investigación del saqueo arqueológico del Museo de Maridíaz que obligó la intervención de la Procuraduría Nacional de la República paralizando obras y custodiando lo poco que habían dejado unos avivatos que más tarde confesarían la ayuda desde dentro del claustro para sus fechorías, y la segunda ocasión, desde Ipiales como director de Emisora Cultural Bolívar frontera convertida en tierra de nadie denunciando el manejo folclórico que le había dado el cacique de seudo izquierda Carlos Pantoja Revelo hoy nada menos asesor de paz del gobierno del comunicador Camilo Romero. Pantoja tenía en la alcaldía un títere llamado Eduardo Realpe Chamorro. Era tal el desmadre y las cosas que íbamos encontrando con mis compañeros de trabajo los valientes Edison Villota y Carlos Oviedo que reunido el llamado consejo de seguridad del municipio deciden pedir el cierre de la radio casi por una semana, explica Díaz Revelo llamado el Huracán Díaz por su colega Jesús Ortiz en un escrito aparecido en el periódico La gente de propiedad de Francisco Teherán Sánchez. Ese consejo de seguridad, agrega, era un consejo de bolsillo donde aparecían nefastos personajes como el cura Manuel Dolores Chamorro y el ex procurador provincial Luis Hernando Burbano. El ministerio recibe en Bogotá sendos casetes con denuncias del noticiero La Voz de Obando que en concepto de los miembros del consejo de seguridad, conocido como consejo pantojista, consejo amarillo o de la convergencia, era un noticiero altamente subversivo y un peligro para la ciudad y sus honorables funcionario (hay risas). Cerrada la emisora de propiedad de la familia Obando Eraso, viaja a la capital a defender su trabajo y a sacar la copia de una vieja tarjeta de periodista que hasta entonces estaba en trámite. Con ese documento en mano renueva su trabajo y es allí donde debe aceptar custodia permanente de dos agentes del desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, porque en este país se había convertido en un deporte nacional matar o amenazar periodistas. Antaño por ejemplo, los casos de Ortiz Muñoz y Terry Gallego, solo para nombrar otros de amenazas, o el vil asesinato de Flavio Bedoya en la ciudad de Tumaco y el desmembramiento de Jaramillo, desparramado en las calles de Pasto… era un colega de Cali que prestaba sus servicios al diario de don Hernando. Un novel director de cine radicado en Bogotá, en una breve visita a la ciudad de las nubes verdes como llaman a la tierra natal de colegas como Edgar Calderón, Servio Tulio Díaz (primo hermano de Héctor), Luis Mejía Burgos y Vicente Cortés Almeida, entre otros, hace una película destacando el respaldo popular a esa emisora, al noticiero que dirigía Díaz Revelo y a su vitrina democrática que llamó Ipialeñísimo, un espacio de tres horas diarias de lunes a viernes. Obligado por el miedo y el terror que había impuesto el cacique Carlos Pantoja, el director de Al son de mi gente, Jaime Narváez Lamprea se ve obligado a decir que todos los personajes de la película eran ficticios y como siempre que cualquiera relación con la realidad era, pura y purísima concidencia. Lo irónico del caso al ver la cinta es que Díaz Revelo aparece en ella como profesor y es sabido que su forma incisiva de hacer periodismo, de escribir, se nota en el guión bajo el nombre de Marcos Buendía para que rimara cuando los Ipialitas saludaban en el programa diciendo Buenos días, señor Díaz o buenos días señor Buendía. Regresa a Pasto y se vincula a varios programas de sindicatos, de organismos sociales y continúa con la defensa de los excluidos de siempre. Se enfrenta duramente con los alcaldes Navarro Wolf y Pedreros Narváez. Advierte al país el nacimiento del sicariato y de los frentes de seguridad, que al decir de Díaz Revelo, eran nada menos que pequeñas convivir o la presencia del paramilitarismo. Se hace elegir como fiscal del Círculo de Periodistas de Nariño y en su nombre participa en varios eventos reivindicativos de la ciudad y el departamento. Explica Díaz Revelo uno de los episodios más dolorosos que tuvo que enfrentar : “Esa manera militarista y antidemocrática de enfrentar los problemas sociales por parte de Navarro y su pupilo Pedreros, es claro que permite que bandas armadas comiencen a cegar la vida de sindicalistas, indígenas, negros y campesinos, lista de la cual no se escapaban los estudiantes de la universidad de Nariño y sus trabajadores sindicalizados. El asesinato de los estudiantes de Udenar, Adriana Benítez, Marcos Salazar, Jairo Moncayo y Martín Rodríguez, el tiro de gracia contra Tito Libio Hernández trabajador de la universidad, el asesinato de un trabajador de la contraloría departamental y miembro de la junta cívica del Barrio Aranda, me ha puesto en la lista de las posibles víctimas de los paramilitares que como se sabe operan en connivencia de militares y policías activos. Varios maestros asesinados. Cae asesinada en las calles de Tumaco la religiosa de pastoral social y comienzan a aparecer listas de otros posibles blancos de los paramilitares mientras los colegas de radio y prensa callan, ignoran los hechos y por supuesto a eso le llaman la autocensura. Parte de esta historia por defender mi familia que comenzaba a ser perseguida me hace dejar el país después de develar un video en donde aparezco seguido por las cámaras de video de miembros de la Sijin de la Policía en pleno parque de Nariño. Soy acogido en un programa de defensa y protección a periodistas del ministerio del interior y luego es la OIM quien financia mi salida del país”. Díaz Revelo tiene un blog personal, han publicado sus artículos punzantes desde el exilio portales como las 2orillas, surysur, rpasur.com, kaos en la red y otros. Aún recuerda aquellas luchas y cree que por evitar amenazas contra los suyos es mejor seguir fuera. El video de seguimiento de policías en su contra, ya está en you tube.

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