mardi 15 décembre 2009

A PROPOSITO DE FIDEL Y SU LIBRO SOBRE LA PAZ EN COLOMBIA

Siempre, a mi mejor contertulio de los últimos años, al encontrármelo después de un viaje más o menos largo, le pregunto en materia de noticias de Colombia y el mundo, en mi ausencia, de qué me había perdido.

Al comentarme sobre un llamado que supuestamente hizo Fidel a la insurgencia de mi país en un tono que sonaba más a claudicación que otra cosa, confieso que no le creí. A mi Tocayo claro que le creí, a lo que no podía darle crédito era la noticia de ese llamado de Fidel. Era necesario averiguar el contexto, las circunstancias y saber si otra vez se trataba de una estrategia mediática.

Una cosa es lo que los medios de comunicación en su mayoría venales y desinformadores, digan sobre lo que quiso o no decir el comandante, y otra muy diferente es la verdad de sus palabras. Sacarlas de contexto y aproximarlas mínimamente a hechos y cosas que afanan a los dueños del poder en Colombia suele ser la tarea que cumplen los perifoneadoes y defensores de oficio del régimen uribista.

Reflexivo como es aún ahora en el ocaso de su vida, Fidel jamás habría dicho que llama a las FARC especialmente, a que abandonen la lucha armada. Me costó trabajo y me cuesta trabajo creerlo. La personalidad y el carácter del forjador de la revolución en Cuba y su fama de genial conductor, no puede usarse para fines oscuros.

De Fidel mucho es lo que se ha escrito y mucho lo que han tenido que rectificar, unos por haberse atrevido a desvirtuar su práctica libertaria, y otros por un abierto interés de desconocer las calidades humanas del dirigente de la revolución cubana. Por eso, quise apelar de inmediato a una de mis mejores experiencias, la de haber leido con el paso de los años dos grandes reportajes al maestro de las ideas revolucionarias realizados por dos destacados hombres del periodismo mundial.

Permítanme decir al margen algunas diferencias o más que diferencias algunas características de los dos reportajes. El uno realizado por un Italiano, Gianni Miná; el otro, por el Español Ignacio Ramonet. El primero en el año de 1987 y el segundo hace apenas cuatro años. El primero con 13 capítulos y el de Ramonet 26.

El uno habla de 16 horas de entrevista y el de Ramonet dice que son cien horas con Fidel. Este, un libro eminentemente político y de combate, el de Miná, no menos político casi personal. Como era de esperarse los dos resultan bastante personales. Sobre Colombia, en el Encuentro con Fidel, de Gianni Miná, no dice nada; en tanto que el comandante hace una corta alusión de su paso por Bogotá el día del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en l948, en el libro de Ramonet.

Al margen Fidel cuenta que cuando hubo sospechas de contactos de la mafia colombiana con algunos cubanos, como los hermanos De la Guardia y Ochoa, pidió que se le pregunte a Navarro Wolf, que para entonces visitaba la isla. Navarro, había comentado de las versiones de prensa sobre diálogos con Pablo Escobar por parte de ellos. De los hermanos Navarro Wolf metidos en cosas políticas Fidel debe haberse referido a Antonio porque recuerda que casi lo matan con un bombazo en la ciudad de Cali.

La edición Cubana que obtuve cuando asistí a la feria internacional del libro en la Habana, la de Ramonet es de 715 páginas, la otra es de 363. El libro de Miná ha dado para que inclusive se haya convertido en Italia y en Europa, en un aplaudido documental (cuban memories) que fue citado por Oliver Stone en una de sus recientes películas llamada Fidel; mientras que el de Ramonet, sigue dando de qué hablar a pesar del poco tiempo en manos de los admiradores y enemigos de la revolución y del comandante.

Como es obvio con Ramonet, el barbudo de los años 50 y 60 y posteriores, aborda hasta el tema de las torres gemelas, la invasión a Irak y el gobierno de Chávez en Venezuela; y en el libro escrito por Miná, Fidel advertía sobre la necesidad de que el partido tenga un segundo, un tercero o un cuarto secretario general y que en su concepto, hasta esa fecha de la entrevista, el más preparado para seguir la obra revolucionaria en Cuba era su hermano Raúl, tal como está aconteciendo veinte años después de tal declaración, nombrado desde entonces como segundo secretario del partido.

Como una premonición, dando sentido a principios marxista-leninistas el comandante en l987 dice textualmente que si le pasara algo con su vida, el Comité Central del Partido y la Asamblea Nacional lo ratifican a Raúl como su reemplazo: ´´ Pregúnteselo a cualquiera ciudadano, sin duda que lo diría ´´, agrega. Y digo yo: que su coherencia, su apego a los principios marxista-leninistas, su vertical lucha antiimperialista y el amor por su pueblo, son inquebrantables virtudes de Fidel.

Seguía como sigo hoy sin creer que el tal llamado de Fidel a la insurgencia no sea otra cosa según los medios de comunicación de Colombia que una forma de poner en boca del comandante un simple pensar con el deseo, como para que no haya más controversia sobre las causas objetivas del conflicto interno y de cómo a la burguesía criolla no le interesa una salida política y negociada.

Que en Colombia no tiene sentido la lucha armada y que Fidel había cuestionado la combinación de las formas de lucha y que una guerrilla en el mundo en las actuales condiciones no puede ni debe insistir en la toma del poder. En grandes titulares y con artículos a tres columnas habían publicado esto los medios peones del imperio, sobre todo la televisión cercana a Uribe y defensora de los intereses de una clase privilegiada. (Canal RCN y Caracoltv).

No puedo dejar de preguntarme porqué el comandante no comenta nada sobre Colombia, si hace cuatro o más años él ya sabía sobre las incursiones de hordas paramilitares contra la población civil, si él ya conocía que la derecha se había empotrado a punta de fuego y motosierra en el poder, y que en Colombia no hay libertad de prensa, mucho menos de expresión y que la única forma de oposición política es la resistencia armada. Sin embargo yo no podía por supuesto, esperar que eso le pregunte Ramonet si para buena parte del mundo, Colombia no existe, como no existió para Ramonet en la entrevista.

James Petras, sociólogo norteamericano crítico del capitalismo salvaje en las entrañas del mismo, interpretando lo que dicen que dijo Fidel expresa que: ''El efecto de los artículos anti FARC de Castro, ha sido el de suministrar munición a los medios de comunicación imperialistas para desacreditar a las FARC y la resistencia armada a la tiranía y para elevar la imagen del presidente de los escuadrones de la muerte, Uribe. Cuando el principal líder revolucionario del mundo niega la historia revolucionaria y la práctica de un movimiento popular en marcha y al brillante líder que construyó ese movimiento, está negándoles a los movimientos del futuro una rica herencia de resistencia y estructura exitosa ''.

La discusión sobre la efectividad de los '' focos de guerrillas '' propuestos en su país por el mismo Fidel, aplicados en países como Colombia, o la discusión sobre la urgente e inaplazable salida política y negociada al conflicto social y armado, no se puede agotar por lo que pueda decir o dejar de decir el comandante o cualquiera otro carismático líder de la izquierda internacional, mucho menos tratar de deslegitimar con eso la resistencia armada o la protesta civil.

Para probar que en Colombia no es necesario retomar expresiones de alguien para tender un manto de impunidad sobre hechos notorios y reales, no es sino recordar cómo se tapan las noticias de la guerra con los hechos como lo ucurrido en el palacio de justicia, el deshielo del volcán nevado del Ruiz, la visita del Papa, los partidos de futbol al mundial, el terremoto de Armenia, etc.

Son eventos explotados a grandes titulares y con informes especiales por la gran prensa, mientras se ignora, se minimiza, apenas se cuantifica las víctimas de las masacres de paramilitares, las desapariciones, los asesinatos de dirigentes políticos de izquierda, universitarios, sindicalistas, defensores de derechos humanos, especialmente ahora que ha quedado más que comprobado que se trata de una siniestra estrategia de Estado al destaparse los primeros mil casos de ejecuciones extrajudiciales a manos de miembros del ejército oficial.

Es lo que pasa en estos días cuando los medios, Caracol y RCN, El Tiempo, atendiendo su política de defensa del gobierno antidemocrático de Uribe Vélez, han puesto en segundo plano las noticias sobre ejecuciones sumarias, los escándalos en el ejército y policía, los informes de Human Rights, las fosas del Palacio de Justicia, las visitas de delincuentes de toda laya a través de los sótanos del palacio de Nari, la parapolítica, los escándalos en el DAS, etc., dando amplio despliegue a la caída de las pirámides o captadores de ahorro en por lo menos 20 de los 33 departamentos del país.

Por esto resulta saludable leer entre líneas el libro nuevo de Fidel Castro cuando se refiere al fallido proceso de paz en Colombia; a las agresiones del gobierno de los Estados Unidos en nuestros países latinoamericanos; a sus entrevistas con guerrilleros colombianos en Cuba; y a los libros de Arturo Alape y Pastrana Arango.

Saludable porque me ha gustado descubrir que Fidel en su nuevo libro todavía hoy piensa que deponer las armas no es conducta de un verdadero revolucionario, cuando señala que: '' …jamás un luchador verdaderamente revolucionario debía deponer las armas. Así pensaba hace más de 55 años. Así pienso hoy''.

Asi como se han caido o las hicieron caer las pirámides Colombia, se han caído y seguirán cayendo los argumentos de la gran prensa uribista y oligárquica que tanto daño le ha causado al proceso de paz y que tanto alardea del triunfo del militarismo contra un pueblo que se moviliza, que se organiza, que reclama paz con justicia social. Como muestra están hoy a la vista las luchas de indígenas, corteros de caña, estudiantes universitarios, trabajadores de la rama judicial, entre otros.

Una prensa que calla ante la criminalización de la protesta ciudadana y que se ha visto obligada a publicar algunos detalles de las ejecuciones sumarias, las desapariciones y las masacres de civiles a manos de agentes del Estado en cumplimiento de ordenes superiores, es una prensa que ha perdido su sagrada misión.

Fidel dice que hay una política declarada del imperialismo norteamericano de enviar soldados a combatir el movimiento revolucionario en cualquier país de America Latina, es decir a matar obreros, estudiantes, campesinos, a hombres y mujeres latinoamericanos, y que eso no tiene otro objetivo que el de seguir manteniendo sus intereses monopolistas y los privilegios de la oligarquía traidora que los apoya.

Se me ocurre decir que en este libro sobre la paz de Colombia Fidel pudo haberse referido, como no lo hace con Ramonet, al impacto que está teniendo en nuestros países la Iniciativa Regional Andina, IRA, con la financiación de megaproyectos de transporte multimodal, terrestre y fluvial, aéreo y marítimo, para la recolonización de nuestra américa, para apoderarse de nuestros recursos naturales con más facilidad con la construcción de vías, puertos y aeropuertos, para llegar al corazón de la amazonía ya no por petróleo que suficiente han saqueado, sino por el agua y especies nativas.

Y Pastrana Arango, expresidente de Colombia, 1998-2002 de manera sorpresiva en el reciente libro de Fidel sobre La Paz de Colombia admite lo que hemos venido señalando no de ahora sino de hace unas décadas, que los intereses de los Estados Unidos priman sobre principios básicos de soberanía, libertad, respeto de los Derechos Humanos, al decir en el Plan Colombia los gringos frente a la opción de buscar una paz negociada con las FARC y el Eln, ''ERAN PARTIDARIOS DE ADELANTAR MAS ACCIONES CONTRA LA GUERRILLA '' : Y además: ''No les preocupaba tanto el tema de la droga como el riesgo que significaban estas organizaciones terroristas para la sociedad colombiana y para la defensa de la democracia. Por supuesto, esta es una posición que habría de enfatizarse mucho más, después del trágico 11 de septiembre de 2001 '', sin embargo con el cinismo de cualquiera presidente o expresidente, Pastrana sigue diciendo al mundo que el Plan Colombia es bueno y eficaz para la lucha contra las drogas únicamente. Pero explicación no pedida…pecado confesado.

Está haciendo carrera denominar a los insurgentes como terroristas, a la usanza del lenguaje de Bush hijo. En el libro de Fidel se puede leer que el Departamento de Estado de los Estados Unidos buscó a las FARC para hablar de un plan de lucha contra las drogas y Fidel se pregunta o afirma que para eso las FARC no eran terroristas.

''No en balde Raúl Reyes le contó a Arbesú que el Departamento de Estado hizo contacto con las FARC, interesado en su colaboración para luchar contra las drogas'', dice Fidel.

“Era lo único que les interesaba” —dijo Reyes. ¡Para solicitarle tal cooperación las FARC no eran terroristas!, podemos añadir nosotros''. El añadido es de Fidel Castro.

Quienes así hablan de la insurgencia prefieren no hablar del terrorismo de Estado. Evitan hablar de los delitos de lesa humanidad y de la constante violación de los Derechos Humanos dentro y fuera de los cuarteles de ejército y policía. Para ellos no son terroristas quienes a nombre de la burguesía colombiana y en cumplimiento de órdenes superiores eliminan dirigentes sociales y activistas políticos. Para los medios de comunicación no son terroristas o el Estado no es terrorista cuando ya no es un secreto el maridaje con los escuadrones de la muerte llamados autodefensas, paramilitares o como ahora, águilas negras.

Eso en plata blanca quiere decir que Fidel nunca llamó a la insurgencia a deponer las armas, jamás insinuó que en Colombia la guerrilla debe abandonar la lucha y que por el contrario no está de acuerdo con que sigan llamándolos terroristas.

Fidel en este nuevo libro reclama para beneficio de todos los colombianos una salida negociada al conflicto y eso debe quedar claro. A quién le gusta la guerra? A quiénes les convine la guerra? Qué se esconde tras la mal llamada guerra contra las drogas? Porqué de una buena vez no se aborda el tema de la legalización de las drogas, si se sabe de antemano que las cuentas gordas del dinero por la venta de cocaína se quedan en un 80 por ciento en los bancos y empresas de Norteamérica y Europa?.

No más disculpas ni cortinas de humo sobre lo fundamental. En Colombia hay un conflicto social y armado que es urgente solucionar. Los índices de pobreza y desempleo, la pérdida del derecho a la vida y la crisis institucional del país no dan espera. Todos estamos en la búsqueda de la paz pero con justicia social y también de acuerdo que el conflicto social y armado no puede ser claudicación como piden unos ni mucho menos un negocio entre gobierno y particulares como reclaman otros.

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire